domingo, 2 de octubre de 2016

La Fe es un don de Cristo

PEDIR LA FE COMO UN DON.


                                   Hab 1, 2-3; 2, 2-4
¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio,
sin que me escuches,
y denunciaré a gritos la violencia que reina,
sin que vengas a salvarme?
¿Por qué me dejas ver la injusticia
y te quedas mirando la opresión?
Ante mí no hay más que asaltos y violencias,
y surgen rebeliones y desórdenes.

El Señor me respondió y me dijo:
"Escribe la visión que te he manifestado,
ponla clara en tablillas
para que se pueda leer de corrido.
Es todavía una visión de algo lejano,
pero que viene corriendo y no fallará;
si se tarda, espéralo, pues llegará sin falta.
El malvado sucumbirá sin remedio;
el justo, en cambio, vivirá por su fe".

Palabra de Dios.

2 Tm 1, 6-8. 13-14

Querido hermano: Te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación.

No te avergüences, pues, de dar testimonio de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Conforma tu predicación a la sólida doctrina que recibiste de mí acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros.


Del Santo Evangelio según San Lucas 17, 5-10
En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decir a ese árbol frondoso: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', y los obedecería.

¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: 'Entra en seguida y ponte a comer'? ¿No le dirá más bien: 'Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú'? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: 'No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer'".

Comentario:
La Fe no es magia, la fe no es medible como alguna substancia material, la fe no se puede comprar o vender, no se negocia con ella; la fe reclama algo mucho más grande, LA FE ES PRODUCTO DE UN ENCUENTRO. Así lo expresa el Papa Benedicto en su primera encíclica: 
"Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva."
La Fe, como el amor y otras tantas cosas en la vida de las personas, es producida por el encuentro. Se da en la relación y, desde la relación constante, tiende a crecer, a madurar, a fortalecerse. El Evangelio de hoy, en el cual los apóstoles solicitan el aumento de fe y donde nuestro Señor Jesucristo los alecciona en el camino del servicio, debe ser entendido desde la lógica de la pedagogía divina, desde el deseo de Jesucristo de llamarnos no sólo siervos, sino amigos y hermanos. El camino del Evangelio nos muestra estas tres maneras en las que nuestro Señor se refiere a sus discípulos.
Ser siervo habla siempre de un oficio, de un deber, de la relación del trabajador para con su jefe, de lo que se tiene que hacer por aquél al que llamo y reconozco como mi Señor. Ser siervo de Jesucristo representa ya un inmenso honor. Jesús lo entiende desde su propia vivencia, el no ha venido a ser servido, sino a servir, a hacer la voluntad de su Padre y a vivir de la misma como de su alimento más preciado. Recordemos que la Fe sin obras está muerta. Jesús se inclina sobre sus apóstoles para lavarles los pies y, de esta manera tan gráfica mostrarles el modo en como debemos comportarnos lo unos para con los otros desde la Fe. La Fe vivida desde el servicio humaniza, fortalece los lazos que se dan entre Dios y yo, entre yo y mi prójimo. Esta es la clave para comprender que Jesús nos llama, desde el servicio informado por la Fe, a un encuentro más profundo, a una relación más auténtica. Ya no los llamo Siervos, sino amigos -y cuál es la razón de este llamarnos amigos- porque todo lo que he oído a mi Padre se los he dado a conocer.  La amistad abre la intimidad y el corazón. es el descubrimiento y reconocimiento del secreto del otro, de su misterio como persona.
El Evangelio de hoy y las lecturas nos proponen este camino de Fe. Una Fe tan dinámica y viva, que no puede permanecer como un árbol, plantado en la soberbia y la comodidad, en el miedo a darme a conocer y permitirme conocer al otro. la Fe es tan fuerte que puede y debe lanzar nuestras soberbias y temores -representados en la figura del árbol frondoso- a lo profundo del mar, de esta manera creceremos en la relación con Dios nuestro Padre y podremos mirar a los demás como nuestros compañeros de servicio, como nuestros amigos, como nuestros hermanos. 
Oración:

Concédeme

Concédeme un poco menos
con cada amanecer:
colores, un hálito de viento,
la perfección de las sombras,

hasta que solo encuentre
lo que ya estaba allí:
el oro en los surcos de mis manos
y la luz de la noche, que arde.

(John Burnside)

Consciente de mi necesidad de Encuentro con Cristo, pido a Él el aumento de mi Fe, sólo la oración consigue el aumento de Fe, y este aumento de Fe se manifestará en la alegría del servicio. 
Luego de un rato de silenciamiento, permite que tus labios de unan a tu mente y al deseo de tu corazón, repitiendo una y otra vez, al ritmo sereno de la respiración: "SEÑOR, auméntame la FE... SEÑOR, auméntame la FE"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario